Sultana donde las haya, Estambul no será la capital turca, pero sin duda es la gran joya de este país bellísimo y hospitalario, amén de la única ciudad del planeta aposentada sobre dos continentes. Sus bellezas se esparcen a una y a otra orillas del Bósforo y el Cuerno de Oro, y entre su horizonte, jalonado de alminares, brillan con luz propia Santa Sofía y sus mezquitas más elegantes de Sultanahmet, Süleymaniye, Nuruosmaniye, Eyüp…
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